Querido Papá
No me des siempre todo lo que pida, a veces yo solo pido para ver cuánto puedo tener.
No me des siempre órdenes; si a veces me pidieras las cosas, lo haría con gusto.
Cumple siempre tus promesas; si me prometes un premio o castigo, dámelo.
No me compares con nadie, si me haces ver peor que los demás, seré yo quien sufra.
No me corrijas delante de los demás, enséñame a ser mejor cuando estemos solos.
No me grites, te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar como tú.
Déjame valerme por mí mismo o nunca aprenderé.
Cuando estés equivocado, admítelo y crecerá la opinión que tengo de ti.
Haré lo que tú hagas, pero nunca lo que digas y no llegues a hacerlo.
Cuando te cuente mis problemas, no me digas que no tienes tiempo; compréndeme y ayúdame.
Si no juegas conmigo, cuando tú quieras hacerlo ya habré crecido.
Necesito armonía entre tú y mamá, me dará seguridad ante la vida y haré de mí un triunfador y no un frustrado.
Enséñame a amar todo lo que hago, porque de ello dependerá mi capacidad de amar cuando sea mayor.
Soy muy feliz cuando me llevas a mi cama y me das las buenas noches, acompáñame cada día.
Lo que yo aprendo contigo, lo recordaré toda la vida.
El respeto que tienes con los demás, será el respeto que tenga yo ahora y cuando crezca.
Recuerda que yo también tengo intereses personales, guíame.
Me gusta tomar parte de las decisiones familiares, hazme partícipe.
Por último, quiéreme y dímelo, me gusta oírtelo decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario